Fuente original: Bogota.gov.co por Elías Villamil
Ana María Patiño-Osorio, con tan solo 26 años, fue escogida como la primera mujer directora asistente de la afamada y tradicional orquesta Suisse Romande, con sede en Ginebra, Suiza, con 104 años de historia y considerada una de las mejores del mundo. Un logro equivalente a una medalla de oro olímpica, de acuerdo con el concepto de expertos de la música.
“Ser elegida entre cerca de 300 aspirantes de todo el mundo, como la segunda figura musical más importante de esa orquesta; una joven colombiana, una mujer; es un ejemplo, que indudablemente muestra que va a ser un paradigma para todas las jóvenes que estudian música, para que puedan ver que es absolutamente realizable cualquier sueño”, sostiene el director de la Orquesta Filarmónica de Bogotá, David García.
Un sueño que, en el caso de Ana María, empezó a labrar desde muy pequeña cuando su mamá la inscribió para estudiar música en la banda sinfónica de la Unión, Antioquia, donde nació en medio de una familia en la que las notas y los instrumentos abundaban. “Ahí empecé a tocar saxofón y mis hermanos también tocaban. Mi papá toda la vida ha cantado, eso también ha sido importante para mí, para desarrollar esa pasión”, recuerda y agrega: “Desde que tengo 5 años hago música y ya más nunca volví a dejarla”.
Ana María dirigió por primera vez a los 19 años
A los 19 años, tomó la batuta e hizo su primera presentación como directora de la Orquesta del Departamento de Música de Eafit, donde estudiaba el pregrado en Música con énfasis en Dirección de Orquesta y en donde encontró en el maestro Alejandro Posada, su mentor, a quien no deja de agradecer.
“Siempre me había causado mucha curiosidad, mucho interés y desde que me acuerdo, sentía mucha conexión con lo que hacían los directores y cuando, siendo muy joven, tuve la oportunidad de pararme a dirigir agrupaciones, donde tocaba mi instrumento, siempre sentí mucha conexión con lo que era la dirección, aunque no la entendía muy bien”, responde cuando le preguntó por qué se inclinó por la dirección.
¿Qué hace un director de orquesta?
Según la novel directora esta es una profesión muy mística, difícil de entender si no se es cercano a la música profesional, pero básicamente la función del director es: hacer una combinación muy, muy profunda, de todos los conocimientos técnicos y académicos de lo que es la música; y combinar eso con ideas, imaginación, creación y con instrucciones muy prácticas y muy precisas para la orquesta. “Y ya en aspectos muy técnicos es tener muy clara, precisa y, más que cualquier cosa, poder transmitir lo que está en la partitura a través de las manos”, acota.
Por esa razón al margen de los ensayos, la relación con el espejo es esencial para estudiar y practicar, los gestos, la mirada, todos los movimientos del cuerpo y en particular los de las manos, fundamentales para poder transmitir con precisión las directrices requeridas para una gran interpretación.
Una preparación que se toma largos años y que – gracias a la disciplina, amor, pasión y seriedad- ha hecho de Ana María, una directora joven que ya ha tenido la oportunidad de dirigir en Europa: en 2017 le ganó otra convocatoria a cerca de 400 aspirantes y estuvo al frente de la prestigiosa orquesta de Bernard Haitik, en el Festival de Lucerna, Suiza. “Allí se reúnen los mejores músicos de las orquestas de Europa, y mientras estuve haciendo la maestría dirigí en Bulgaria, Turquía, en Alemania, también en Suiza. Sí, tengo experiencia dirigiendo orquestas profesionales en Europa” afirma.
En Bogotá Ana María Patiño-Osorio dirigió la Orquesta Sinfónica Juvenil
La maestra acaba de dirigir a la Orquesta Sinfónica Juvenil en un concierto en el Teatro de Colsubsidio Roberto Arias Pérez. “Estamos, desde la Filarmónica de Bogotá, muy contentos porque Ana María Patiño-Osorio haya dirigido una de nuestras orquestas, siendo ella precisamente la ganadora del Premio Mujer Directora del 2021 que abre un espacio para apoyar a mujeres directoras jóvenes como ella”, resalta David García, el director de la Filarmónica de Bogotá, creadora del evento que busca que las mujeres con formación en dirección sinfónica, demuestren sus habilidades musicales frente a una agrupación orquestal y que, con su experiencia, aporten elementos artísticos que enriquezcan el desarrollo de la práctica musical colectiva.
Con obras como la Sinfonía n.° 95 en Do menor de Josep Haydn y la Sinfonía n.° 4 en La mayor, Op. 90, “Italiana”, de Felix Mendelssohn, la maestra Patiño-Osorio dirigió a los jóvenes músicos.
“Era la primera vez que ellos las hacían en concierto, –cuenta la directora-. Entonces eso genera una capacidad de asombro, es un descubrimiento distinto y creo que fuimos muy inteligentes en recoger el repertorio que escogimos y que estaba pensado para que fuera muy vital. Aprendí mucho con ellos y construimos un buen concierto”.
En agosto dirigirá a la Suisse Romande en Lucerna
Con esa conciencia de estar en permanente aprendizaje, pues el camino por recorrer es muy largo, la directora paisa continúa preparándose para seguir apostándole a sus sueños, de alto vuelo, que tendrán su próximo escalón en agosto, cuando deberá incorporarse a la Suisse Romande en Ginebra.
“Me sueño haciendo el ciclo de las sinfonías de Beethoven, ojalá en Europa, pero ojalá con orquestas colombianas, sería maravilloso para mí. Me sueño también haciendo música francesa, que me gusta mucho; Brahms, Schumann… es que no te puedo responder porque todo me gusta mucho”, me aclara y se ríe al preguntarle por sus compositores y obras favoritas. “La verdad es que a mí encanta dirigir y cada vez que lo puedo hacer soy muy feliz”.
Cinéfila, seguidora del arte en general y heredera de la pasión por el fútbol, cuando hablamos se preparaba –al lado de su padre- para ver la final de la Champions League, orgullosa de tener allí a Lucho Díaz, un colombiano que, como ella, hace sonar el nombre de Colombia en los grandes escenarios del mundo, subiendo esa imagen positiva que tanto cuesta construir.
Ana María invita a los jóvenes a iniciar su camino
“Que hagan las cosas con mucha seriedad, que no esperen a que las oportunidades lleguen, sino que se preparen, o sea que es una carrera de resistencia, no de velocidad, es de todos los días”, recomienda.
Ella es Ana María Patiño-Osorio, un orgullo colombiano, que brilla en el mundo y que es consciente de que entre más bueno se es en lo que se hace, más se da cuenta de todo lo que falta por aprender, por lo que invita a los jóvenes a iniciar el camino, sin miedo y arriesgándose a vivir con intensidad las cosas buenas y las que no los son tanto.